jueves, 30 de agosto de 2012

La odisea y las sirenas

  Julio Torri 


A Circe

¡Circe, diosa venerable! He seguido puntualmente tus avisos. Mas no me hice amarrar al mástil cuando divisamos la isla de las sirenas, porque iba resuelto a perderme. En medio del mar silencioso estaba la pradera fatal. Parecía un cargamento de violetas errante por las aguas. ¡Circe, noble diosa de los hermosos cabellos! Mi destino es cruel. Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí.


La Odisea y las sirenas

Ulises y las sirenas-Herbert Draper.jpgUlises y las sirenas de Herbert Draper (1909).

Probablemente el relato más conocido de las sirenas sea el de La Odisea de Homero. Después de pasar una larga temporada en el palacio de Circe, Ulises emprende definitivamente el camino a Ítaca. La diosa, antes de dejarle partir, le adelanta algunas de las aventuras que va a vivir en los días siguientes. La primera de ellas será el encuentro con las sirenas.

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